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Mostrando entradas de 2020

"La Iglesia De La Puerta Roja" de J.D. Abrego - [Voces En Tu Cabeza]

Se estrena hoy 20 de Noviembre a las 18:00! No dejen de escucharlo!

El barco de la mano

Soy capitán de un barco único, sin igual, y a mí tripulación, pronto conocerás. El alférez Enrique leal y capaz, es mi dedo meñique ¡Y primero lo verás¡ El cabo Julián educado y muy aseado es el dedo adular ¡Siempre está a su lado! El maestre Melchor, recio y enojon, es el dedo mayor y va después de los dos. La teniente Eurídice alegre y curiosa, es el dedo índice y señala cada cosa. Y Omar el marinero siempre va detrás pues nadie anima mejor que el buen dedo pulgar. -JD Abrego "Viento del Sur-

Libro gratis: Cuentos para la cuarentena

Durante estos días, muchos escritores han hecho el enorme esfuerzo de regalar por lo menos, una de sus obras. Es un gran gesto, digno de aplaudir y emular. Yo quería hacerlo también, sin embargo, mi intención era ir más allá, y crear un libro único que reflejará no solo los tiempos difíciles que estamos viviendo, sino que además invitara a la reflexión. En "Cuentos para la cuarentena" relato 9 historias de gente como nosotros, tan reales o irreales como nuestro propio reflejo. 9 formas de ver la vida. 9 historias que merecen ser contadas... Descarga en Google Play Store Descarga en Smashwords (PDF, Epub y Mobi) JD Abrego "Viento del Sur"

Un lecho de flores

Hay hojas secas afuera de nuestra tienda. ¿Será que ya ha llegado el otoño? ¿Tan pronto ha terminado el verano? ¿Llovió? ¿O el Anáhuac habrá sido azotado por la sequía? ¡Quién sabe! Al menos, yo no. Tampoco Cuauhtemotzin. Mucho menos el joven Coanacoch. Hace ya mucho tiempo que no hablamos con el cielo ni con la tierra. Parecen gavillas de años las que llevamos presos bajo el yugo del invasor blanco. ¿Se habrán tornado blancos nuestros cabellos? ¿Los surcos dominarán ahora cada palmo de nuestros otrora lozanos rostros? ¿Se podrá ver la derrota en el reflejo de nuestros ojos? ¿Aún nos recordarán en Tenochtitlán? Es más, ¿existirá esta todavía? Solo los dioses lo saben. Yo no. Tampoco Cuautemotzin. Y ciertamente no lo sabe Coanacoch. Tal vez ya ha caído el Quinto Sol, y ahora en el cielo solo se puede ver la pálida esfera traída por los hombres blancos. Quizá en estos días el único sol es “Tonatiuh” Alvarado, y las nubes, alguna vez dibujadas por el valiente Mixcoatl, han pasado